PEDRO ROVERE

¿Celulitis? Entonces, ¡a ponernos en movimiento!


por Pablo Forte, entrenador físico

 

ROVERE

Con dos o tres clases semanales de gimnasia podemos lograr un trabajo completo de nuestro cuerpo que nos ayude a reducir y prevenir la celulitis, acompañado por un plan nutricional y un tratamiento estético para tratar y combatir la adiposidad localizada.

 


En nuestro país, día a día aumentan las consultas que acercan las mujeres a los centros de estética y entrenamiento, sobre cómo combatir y prevenir la celulitis. En el consultorio del Dr. Pedro Rovere nos encontramos con que una de cada cuatro mujeres en invierno y cuatro de cada diez mujeres en primavera realizan consultas al respecto. Sin embargo, al 90% de las pacientes que concurren por diversos motivos de consultas, les preocupa la celulitis. En este pequeño artículo nos propondremos explicar brevemente sus orígenes y fundamentos, para finalmente brindarles algunos tips a la hora de adoptar cuidados en relación a la celulitis desde la actividad física.

Los procesos celulíticos tienen en su origen factores hereditarios y genéticos como principales causantes. A ellos se suman varios otros condicionantes que promueven su desarrollo, entre los cuales encontramos: la edad, el género, el sedentarismo, el exceso de peso, el tabaco, el exceso de toxinas (como el café o azúcares refinados), el sol, las hormonas, el stress, posturas inadecuadas, la diabetes, y la carencia de un plan alimentario balanceado. Si bien, no es considerada como una enfermedad en sí misma, podemos entenderla como una señal de alerta, que nos advierte para que cambiemos o cuidemos ciertos hábitos que hemos construido y adoptado a lo largo de nuestras vidas.

Teniendo en cuenta lo anteriormente descripto les dejamos algunos consejos sobre entrenamiento que les permitan acompañar el plan nutricional y el tratamiento estético que elijan para tratar y combatir la adiposidad localizada.


Qué debe tener un buen entrenamiento para combatir y prevenir la celulitis

En principio es fundamental que apunte a acelerar el metabolismo, aumentar el gasto calórico y el consumo del tejido adiposo acumulado como energía para el ejercicio:

• Trabajos aeróbicos de mediana intensidad (entre el 50% y el 70% de la capacidad máxima), larga duración (más de 20 minutos continuos) y en lo posible, bajo impacto (para no lesionar las fibras de colágeno que dan el aspecto de tensión a la piel). Algunos ejemplos pueden ser caminatas, trote sobre superficies blandas, bicicleta, clases de fitness, natación, etc.

• Entrenamientos en circuitos, intervalados. Combinando distintos ejercicios aeróbicos y de fuerza en períodos de duración muy cortos (entre 30 y 60 segundos), durante un total de 20 o 30 minutos. Una opción interesante en este aspecto son las clases de Functional Training o Interval Training, que están revolucionando el mundo del entrenamiento.

Además, siempre es conveniente acompañar el entrenamiento aeróbico con un trabajo de fuerza muscular, independientemente si es de sobrecarga con pesas y poleas o un trabajo con el peso del propio cuerpo y bandas elásticas. Los estudios más novedosos certifican que pequeños aumentos de tejido muscular en las personas (hablamos de entre 1kg y 3 kg) ayudan a tonificar y mejorar el aspecto de la piel, y aumentar el consumo de calorías diario (hasta en los días o momentos de reposo). Una persona con una mejor calidad y cantidad de tejido muscular (tanto si es hombre o mujer) gasta más calorías sentada mirando la televisión que otra que no tiene la misma composición muscular.

En resumen, con dos o tres clases por semana de 50 ó 60 minutos, podremos lograr un trabajo completo del cuerpo, atendiendo los puntos más importantes para lograr este objetivo.

Siempre es conveniente, a la hora de comenzar un plan de entrenamiento, hacerse los chequeos médicos básicos (análisis bioquímicos completos y ergometría o electro de esfuerzo) y contar con el asesoramiento y dirección de un entrenador o profesor de educación física.